Se supone que siempre es más fácil mirar hacia adelante, sin embargo lo que más pesa son recuerdos, vivencias, memorias, sensaciones o experiencias pasadas, ya vividas. Mirar hacia adelante siempre es un acto de adivinación, de embrujo, de proyección y apuesta al fin y al cabo, de que lo que deseamos ocurrirá, de que tendremos éxito en aquello que nos propongamos. Habrá algún estado intermedio? entre el recordar y el prever? Para mi al menos, es la contemplación... esa sensación tibia de flotar, de no ser parte del instante, ni ahora ni nunca, simplemente ver algo que no nos marca, que no nos determina, pero que sin embargo da sosiego, nos pone pausa. El acto de contemplar, entonces, aúna el anhelo con la nostalgia, será esa mezcla la que entrega seguridad, la que deja fluir, lentamente, lo que nos pasa.
lunes, 28 de marzo de 2011
lunes, 31 de enero de 2011
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| Sólo se trata de flotar... |
Contaba el tiempo al revés, intentando encontrar el lugar en el que las cosas cambiaran, sin embargo el quiebre fue imprevisto y fue violento, como todo ahogo, inunda pulmones y lagrimales, pero también inunda el alma.
Se me rompió el molde y me desbordé, me ahogué en mi mismo, en mis miedos y en mis pérdidas.
El paso que sigue es volver a concentrarse, pero ese paso se siente obligado, es difícil estar mal, y no por el sentirse mal en si mismo, sino porque no hay tiempo, no hay espacios para estar mal, porque no se entiende, porque no es lo que se espera de uno.
Por mientras... funcionar...
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